En inglés, como en otros idiomas, encontramos palabras llamadas “onomatopéyicas”. Chatter, bark y drop son sólo algunos ejemplos de estas palabras tan plásticas y divertidas.
¿Qué son?
Las palabras de origen onomatopéyico son aquellas que recuerdan a los sonidos naturales a los que se refieren. Dicho de otro modo: imitan el sonido al que describen. Por ejemplo, las interjecciones plas o chof son algunas de las onomatopeyas más conocidas en español. Estas interjecciones suelen aparecer en los cómics, ya que ayudan al lector a imaginar los sonidos de la historia.
Además de las interjecciones, existen verbos, sustantivos y otras clases de palabras que son onomatopéyicas como, por ejemplo, el verbo chasquear.
Vamos con un poco de música. En el año 2013 el dúo de humoristas Ylvis lanzó una de las canciones más pegadizas de los últimos años, The Fox, que está compuesta prácticamente en su totalidad por onomatopeyas. ¡Seguro que os suena!
Ejemplos
Probad ahora a decir en voz alta estas palabras, prestando atención a su sonoridad. Veréis que, efectivamente, recuerdan al concepto que describen. Os proponemos un juego: intentad deducir el significado de cada palabra sólo escuchándola. ¡Ampliad vuestro vocabulario y divertíos!
Hum: murmullar, zumbar
Chatter: charlar, estar de cháchara
Howl: aullar
Crash: estallar, chocar
Meow: maullar
Splash: salpicar, chapotear
Burp: eructar
Click: chasquear
Flap: aletear, agitar
Rip: rasgar
Slurp: sorber (ruidosamente)
Rattle: traquetear, castañear
Cough: toser
Spit: escupir
Drip: gotear