Enfocándonos en la parte comunicativa del idioma, en escuchar y en hablar. Para corregir la situación de muchos trabajadores que quizá puedan leer en o escribir un mensaje en otra lengua, pero tienen dificultad para mantener una conversación.

Potenciando el trabajo práctico sobre el teórico en las clases en Ripollet. Porque cuando se aprenden los conceptos en el contexto son más sencillos y amenos que haciéndolo con clases de gramática.

Olvidándonos de trabajar en la traducción mental. Porque para aprender a hablar un idioma de forma fluida y con confianza, se debe aprender a pensar en él. Por eso, no asignamos ejercicios de antemano, sino que se hacen preguntas de forma espontánea, y así no se puede preparar la respuesta.

Por todo eso, las clases son ágiles e interesantes. Se introduce el método conversacional desde el primer día. Eso permite que los estudiantes estén concentrados durante toda la clase.

Además, por ser un aprendizaje tan práctico, es más fácil que se vaya utilizando tan pronto aprende algo nuevo. Esto refuerza el conocimiento adquirido y evita que el alumno se olvide.